CÓMO GANAR ... PERDIENDO.
Es evidente que el partido lo ganó el Espanyol y que suyo es el pase a la siguiente eliminatoria. Tan cierto como que si una plantilla, un club y una afición se sintieron vencedores la noche del miércoles 1 de diciembre en La Estación, esos fueron los de Solares. ¿Por qué, si habían perdido? Igual sólo se puede entender si se estuvo en el campo (por cierto, un homenaje a los casi 2.000 espectadores que aguantaron de principio a fin una tarde de perros, con lluvia constante, viento y frío, o sea, el "fútbol de barro" de siempre, o mejor, el de nuestra infancia, el más auténtico).
Porque casi todo lo que podía salir bien, salió bien: una organización humilde pero cumplidora como si fueran profesionales; un público animoso con su equipo y educado con el rival; unos jugadores, los locales y los visitantes, entregados y esforzados contra las dificultades del terreno de juego; la entidad del oponente, un Real Club Deportivo Espanyol serio y sin "vedettismos" innecesarios en un partido como el de ayer ... Y un guión para el encuentro que, como muchas veces en el cine o en la literatura, deja siempre las grandes emociones para el final.
No se puede afirmar que el Solares estuvo muy cerca de sorprender al Espanyol porque no es cierto a pesar de lo que diga el marcador. Pero sólo ver a todo un equipo de la Liga Santander (y no uno cualquiera, sino un histórico con 81 temporadas en Primera, 4 títulos de Copa del Rey, varias participaciones en competiciones europeas y un par de finales de Copa de la UEFA) retrasar el inicio del juego en los últimos minutos o irse al córner a perder tiempo de un partido contra un rival de Regional Preferente, la 6ª categoría del fútbol español, tiene que ser motivo de orgullo para los de Medio Cudeyo, a lo que deberían añadir el haber sido capaces de anotar dos goles (el segundo, desde luego, candidato a mejor gol de, al menos, esta ronda copera).
Hablemos un poco de fútbol. No mucho la verdad, porque las circunstancias climatológicas lo hicieron casi imposible. Los numerosos charcos que se formaron es cierto que igualaron, en parte, las diferencias evidentes entre un equipo de la élite y otro de regional. Aunque el técnico espanyolista, Vicente Moreno, tiró de este argumento en sala de prensa, debió hacerlo con la boca pequeña, quizás aún no repuesto de los inesperados apuros finales que pasó su equipo.
El dominio correspondió, no podía ser de otra manera, al Espanyol que, en cuanto tuvo oportunidad, quiso combinar y tirar de su superior calidad técnica, con un Melendo bastante entonado y adaptado a las condiciones del terreno de juego. Quizás les faltó a los espanyolistas más presencia en las bandas y les sobró juego interior. Atrás, en cambio, se mostró serio y expeditivo, sin permitir sustos, al menos en la primera parte, para su portería en la que debutaba Joan García. Enfrente un Solares bien dispuesto, organizado, intenso, pero centrado en defender y con pocas llegadas al área rival. Así las cosas, las ocasiones fueron cayendo del lado visitante y el capitán Gelo tuvo que sacar la primera bajo palos tras un balón suelto después de una valiente salida de Luis a los pies de Melendo. Al cuarto de hora, Loren aprovechó un balón filtrado hacia Wu Lei que el asiático colocó para el remate a placer (0-1) del espigado delantero visitante. Melendo tuvo la sentencia poco después, pero Luis desvió lo justo con los dedos para que el balón se fuera al poste. Entremedias, un barullo en el área blanquiazul acabó en reclamación de penalty por posible agarrón a Pepo en el área pequeña que De Burgos Bengoechea ignoró. Cerca de la media hora Loren hizo su segundo gol (0-2) con una semivolea en jugada de pase filtrado similar al del primero. No dio más de sí la primera mitad, pero el Solares aguantó hasta el descanso sin descomponerse y con dignidad.
No pudo empezar peor la segunda mitad para los trasmeranos que recibieron a los cinco minutos el tercer gol al transformar (0-3), otra vez Loren, el penalty cometido por Vasco. Triplete para el atacante marbellí y presagio de que los de Diego Santos podían bajar los brazos y verse abocados a recibir una buena tunda de goles. Pero no fue así (quién lo supusiera es que conoce poco a este equipo) y los cambios decididos por el míster local le dieron un nuevo aire al equipo, que se repuso y se mantuvo en el partido hasta llegar a esos quince minutos finales que serán, como todo lo que ha rodeado este choque, historia del club y de esta plantilla. Un córner, el primero o segundo que pudo lanzar, sirvió para que, tras algún rebote y una prolongación de cabeza de Rober, Gelo (1-3) se adelantara a la defensa perica y lograra un gol que podía ser histórico. Y pudo haber valido con esto, pero no les debió parecer suficiente a los locales que, con la afición ya enardecida e ignorante de la mojadura que llevaban encima, empujó a los suyos para buscar algo más. Una falta sobre Solá, que acarreó tarjeta para Dídac Vila, fue ejecutada por Kike (algún día confesará si lo hizo a propósito) de manera magistral (2-3) , colocando el balón en la escuadra del sorprendido Joan García. Era el minuto 82 y el resultado entonces entre un Regional y un Primera era de 2- 3. Verlo para creerlo. Fueron, a partir de ese momento, 11 minutos (se dieron tres de alargue) para soñar, disfrutar y recordar, viendo los gestos y caras de unos jugadores espanyolistas que no acababan de creerse lo que estaba pasando. Eso sí, si alguien destacó en esos minutos fue Luis Samperio, espectacular en un par de intervenciones bajo palos, más alguna salida a los pies de los rivales.
Pero el partido ya no dio para más y el Solares no tuvo siquiera la opción de algún balón parado que disparara el tensiómetro de los aficionados (los locales y los rivales, claro). Punto final a un sueño que ahora queda convertido en recuerdo imborrable y perenne. Todos los que estuvimos ayer en La Estación tendremos grabada la tarde-noche que vivimos: los que jugaron, los que no, el cuerpo técnico, la directiva, la afición, los medios de comunicación de aquí y de Catalunya que vinieron a cubrir el partido, ... Y, ojo, fuimos unos 2.000, porque, como se seguirá hablando de este partido en los años venideros, a ver si el "yo estuve en La Estación el 1 de diciembre de 2021" se lo va a atribuir tanta gente que va a resultar que habíamos sido no dos millares, sino tres o cinco o más.
Día para la historia de este club y de este Ayuntamiento. Ya sólo se puede ir a más para rematar la temporada con el objetivo marcado desde el inicio y que no hace falta recordar. Vuelta al barro, pero con la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de haber hecho las cosas muy bien. ¡¡¡ AÚPA SOLARES !!!