Señores y señoras. Pónganse en pie, hagan una reverencia, inclinen la cabeza y saluden a estos chavales. Éstos son sus nombres, o sus apelativos, da igual. Es como les vamos a conocer ya todos a partir de ayer por la tarde desde eso de las seis menos veinte. Son ellos, los guerreros de Olloniego, otro nombre que va a quedar unido para siempre a la historia de este club. Jony, Luis, Vasco, Quintana, Madrazo, Pala, Álex, Rober, Rulo, Raba, Gelo, Pepo, Solá, Kike, Bada, Valdés, Viti, Lian, Rugama, Isma, Manu y el eterno capitán Varo. Ellos son los artífices del logro en el "prao", pero hubo otros muchos que colaboraron para que se lograra. Ese cuerpo técnico, encabezado por Diego Santos que preparó a conciencia el choque y que renegó de que su equipo no plasmara en el marcador la superioridad que se vio en el campo. Gracias Chema, Javi, Ateca, José Raba y Gorka. Y, por supuesto, no me voy a olvidar de una directiva que ha trabajado, y sufrido, lo indecible para que su pueblo y su municipio disfruten del día de ayer y de todos los que quedan por venir. Los malos ratos, las desgracias, las penas infinitas de los meses anteriores no se van a olvidar, pero un día como el de ayer ayudan a hacer más digerible el trago y le dan sentido a todo lo que hay que pelear por seguir manteniendo la ilusión en un club modesto. Gracias Chema, gracias Tati, gracias Javi, gracias a todos los que, quizás un poco más en la sombra, trabajáis porque este club siga creciendo. Y gracias a la afición, a la juventud del pueblo y de los escalones inferiores del club, que ayer, en día laborable y a las tres de la tarde, se arrancaron para Asturias y le dieron colorido y ánimos a sus jugadores. Fueron claves en los malos momentos del partido y lo disfrutaron después como si hubieran jugado ellos. Porque eso es sentimiento por un club, acabar agotado después de 120 minutos y una tanda de penaltíes angustiosa, aunque no hayas jugado ni uno sólo de esos minutos.
¿Merece la pena hacer un análisis estrictamente deportivo de lo acontecido ayer en el Estadio de Fumea Lolo Rodríguez? Vamos a intentarlo, aunque el párrafo inicial ya dejó claro que lo de hoy iba más de sentimientos que otra cosa.
De entrada, situemos el choque en su contexto en cuanto a circunstancias ambientales y del terreno de juego. Unos 500 espectadores (insisto, miércoles, tres de la tarde, día laborable) repartidos casi a partes iguales entre las dos aficiones, aunque la visitante tenía el ímpetu juvenil en una buena parte de los 250 que entraron en el Fumea. Terreno de juego en buen estado a simple vista, pero un poco blando, especialmente en la banda de la grada que, además, fue empeorando con el paso del tiempo. Durante todo el encuentro se vio que los locales, lógico, estaban más acostumbrados a ese terreno que un Solares más técnico y con mejor circulación de balón, pero entorpecida la misma por la irregularidad del bote del esférico.
En el NALÓN, Dani Álvarez puso en liza a Hugo en la portería, Álex Corzo en la banda derecha, Pablo Baragaño por la izquierda y Álex Rollón y Luis Olay como centrales, con un centro del campo en el que Mandi llevó la manija, Ástor puso el trabajo y David Rojo se encargaba de la estrategia a balón parado. Cristian, el capitán, por la izquierda y Gonzalo, muy móvil en la mediapunta, con Tobón como referencia arriba completaron el once inicial.
Por su parte, el míster del SOLARES se decidió por Jony en la portería y una línea defensiva de cuatro con Vasco y Pala en los laterales y Raba y Rulo en el centro. El centro del campo fue para Bada, Valdés y un excepcional Pepo, con Viti percutiendo por la derecha y Rugama intentando el desborde por la izquierda, cerrando el once arriba un Ismael trabajador y encargado de fijar a los centrales.
Los de Diego Santos entraron mucho mejor al campo y desde el primer minuto se olvidaron de especular y fueron a por el gol. Viti en el 6' con un disparo al que respondió Hugo con una gran parada dio el primer aviso y, poco después, Ismael enganchó un rechace en la frontal que, muy centrado, detuvo sin dificultades el cancerbero local. Atrás los de Medio Cudeyo no pasaban problemas, más allá de algún balón parado que, aunque bien orientado por Rojo, se despejaba sin apuros. Y en esta tesitura llegó el gol del Solares, quizás de la forma que nadie esperaba (se les suponía más fuertes a los locales en los balones aéreos), a la salida de un córner que botó Bada y Vasco remató cruzado adelantándose a su marcador. El partido estaba donde había diseñado, supongo, Santos, pero su equipo no se replegó y siguió buscando la sentencia antes del descanso. Rugama avisaba por su banda, Viti estuvo a punto de irse como una flecha hacia el área local pero fue detenido en falta (no sancionada, como se debía, con tarjeta, en uno de los pocos errores de un buen árbitro, el gallego Martínez Santos), pero fue Raúl en el que, de cabeza, y a la salida de otro córner estuvo a punto, al borde del descanso de dejar casi finiquitado el choque. Al entretiempo se llegó con la sensación de que había un equipo mejor que otro en el campo, que estaba más asentado en el mismo y que, además de proponer el poco juego que se vio, apenas pasó dificultades para destruir las opciones ofensivas del rival.
El segundo acto nos dejó otras sensaciones, no tanto porque el Nalón obtuviera el empate, lo que hizo ya cerca del final, sino porque el control de los trasmeranos no fue tan notable y permitió ir creciendo a los asturianos que, sin ocasiones claras de gol, sí fueron capaces de jugar más cerca de la portería de Jony, impecable por arriba en el poco trabajo que tuvo. La influencia del estado del campo se advirtió enseguida. Antes de los 10 minutos de esta segunda mitad, Ismael sufría unos calambres que obligaban al cambio. Más adelante le acontecía lo mismo a Viti y, casi de inmediato, a Rugama. Los tres de arriba al banquillo y gente de refresco al campo, pero alguno en posiciones no habituales. Mientras tanto, el cansancio general y la perspectiva tan cercana del triunfo hacía que los de Diego se empezaran a fijar más en el reloj que en el balón. Todos los presentes intuíamos que el descuento iba a suponer un buen puñado de minutos, pero antes de llegar al 90', los locales, como premio a su insistencia, alcanzaron la igualada. Una falta botada hacia la banda desde la mitad de la parcela propia dio origen a una penetración del extremo que Raba pudo desviar a córner. En el lanzamiento consiguiente, barullo en el área, rebotes, indecisión en el despeje y ... gol de Olay, uno de los centrales. Vuelta a empezar, pero ahora con un equipo parecía que más castigado físicamente y otro con el espíritu renovado tras el agónico empate.
En la primera mitad de la prórroga el Solares volvió a ser el Solares. Dominador, incisivo y creando peligro. Pepo la tuvo en un mano a mano con el portero y Prada elevó bien de cabeza ante un defectuoso despeje de Hugo, pero un defensa sacó bajo la línea. Seguía sin llegar el gol y aumentaba el cansancio. Por su parte, el Nalón no inquietó a Jony, más allá de alguna internada amenazante de Baragaño que acabó sin consecuencias. Resignación ante la inevitabilidad de los penaltíes fue ya la característica de la segunda parte de la prórroga, con los dos equipos asumiendo que se la iban a jugar desde los 11 metros.
Álex Corzo y Olay anotaron los dos primeros lanzamientos para los locales, encontrando la réplica de Pepo y Bada en los visitantes. Mandi la envió por encima del larguero y Raba anotó el suyo para poner por delante a los de Medio Cudeyo. Sergio para el Nalón le quiso poner un poco de emoció, pero el capi Varo lo dejaba todo a tiro de matchball. Luis, que había sustituido a Jony un par de minutos antes de acabar la prórroga, sacó una gran mano abajo al chut de Samuel y lo que vino a continuación ya no se puede describir en palabras. Visiten los numerosos vídeos y fotos que hay de la media hora posterior, de la llegada del equipo a Solares y empápense de la emoción de una gesta histórica.
Y más historia que se viene. Escribo esta crónica con el resultado del sorteo de la primera eliminatoria de la Copa del Rey ya efecutado. El R.C.D. Espanyol de Barcelona será el rival del Solares que, esperamos y deseamos, nos visite en La Estación. Un histórico del fútbol patrio, fundado en 1900 y uno de los diez equipos que participaron en la primera Liga. Ahí es nada lo que llega a Solares. Historia del fútbol de este país, historia en la que se ha colado un modesto con muchas ganas de seguir escribiendo páginas en ese libro. De momento, ahora toca disfrutar.