Cuando se juega una final todo el mundo acepta que sólo uno de los equipos va a ser el campeón y que el otro se tendrá que conformar con un, en esos momentos, amargo trofeo de subcampeón. A veces, las aficiones concluyen que cualquiera hubiera sido un justo triunfador; otras veces, el que gana hace los méritos suficientes, que duda cabe. La final del domingo entre Solares y At. Mineros se inscribe perfectamente en la primera referencia. Ganó el Solares y levantó el título porque tenía que haber un triunfador, pero si lo hubiera hecho el At. Mineros podría estar escribiendo lo mismo.
Más allá de los detalles puntuales de una crónica al uso, que se pueden encontrar en otros espacios (web federativa, por ejemplo), el partido se disputó a tope de intensidad aunque con mínimos roces para todo lo que había en juego. Quizás de lo más destacado fue la alternancia en el control de los tiempos de juego por parte de ambos equipos: mejor comienzo del Solares, recuperación minera, pausa de hidratación que le sentó mejor, de nuevo al Solares, comienzo de la segunda parte favorable a los trasmeranos, nueva reconstitución del Mineros, ... En suma, nunca hubo un dominador claro (salvo en los últimos 20 minutos del tiempo reglamentario, claramente favorables a los de Reocín) y siempre se tuvo la sensación de que quien estaba mejor debía aprovechar sus ocasiones porque a no tardar mucho el contrario se iba a rehacer y tendría las suyas.
De salida Diego Santos planteó en el Solares su habitual 1-4-1-4-1, con Valdés de eje e Ismael arriba como referencias, aprovechando la buena salida de balón de Raba y Raúl, la consistencia en las bandas de las parejas Pala-Álex y Vasco-Rugama y el trabajo a destajo en la medular de Bada y Pepo. Por su parte Marcos Valdés dispuso un más clásico 1-4-4-2 en el At. Mineros, a veces transformado en una línea de tres defensiva por la tendencia de los laterales, especialmente Sergio, a las subidas por banda, con Fer Conde algo más adelantado de lo habitual, Román llevando la manija del juego y Toñín, ligeramente inclinado hacia dentro desde su banda izquierda para propiciar las mejores y más peligrosas combinaciones de su equipo.
La pausa de hidratación provocó la primera alteración del discurrir del encuentro puesto que a su vuelta un pase de Raba a la espalda de la defensa minera encontró a Ismael bien perfilado a su pierna buena y, sin necesidad de controlar el esférico, de primeras optó por elevar la pelota ante la media salida de Toni que sólo pudo ver como el balón le superaba y se alojaba en su portería (1-0). Primer fogonazo serio en el partido y en un momento que podría haber sido clave, esos minutos finales del primer tiempo.
Tras el descanso, la puesta en escena de los de Diego fue incluso mejor y en unos 10-15' realmente brillantes estuvieron los de Solares a punto de aumentar el marcador, especialmente con una llegada de Viti (que había sustituido al lesionado Rugama mediada la primera mitad) para poner el balón a Ismael que vio cómo Kevin se adelantaba lo justo para enviar la pelota al córner. Poco a poco el At. Mineros se fue rehaciendo y un remate de cabeza de Héctor al palo y el gol de Iván al aprovechar un perfecto pase de Toñín a la espalda de la línea defensiva del Solares sellaron la igualdad en el marcador (1-1) y el comienzo de la fase de mayor dominio de los de Puente San Miguel. No obstante, también el Solares dispuso de algún zarpazo para decantar el resultado a su favor, pero el tiempo seguía transcurriendo y la prórroga (a mi modo de ver, poco entendible en estas categorías a estas alturas de temporada) se acercaba de forma irremisible sin que ninguno de los dos equipos acabara de inclinar el choque a su favor. Quizás, como se comentaba antes, el At. Mineros llegó un poco más entero físicamente a ese tramo final del choque (en el Solares, por unas causas u otras, fueron saliendo del campo por lesión el citado Rugama, Ismael, Bada y Viti).
Ya en la prórroga (iniciada con cierta polémica a cuenta de los cambios que se podían efectuar) el transcurso del partido se dirigió hacia lo insustancial. No pasaba nada y nada parecía que pudiera pasar, muy cansados muchos jugadores, casi deseando que se llegara a la cada vez más inevitable tanda de penaltís. El juego se fue parando con demasiada frecuencia y el tiempo parecía correr deprisa, especialmente para un Mineros algo mejor físicamente pero no del todo sobrado.
¿Los penaltís? El Solares convirtió los cuatro que lanzó: Pala (éste, tras repetir su lanzamiento al decretar el colegiado Laya González -buena actuación la suya en los 120'- que Toni se había adelantado), Pepo, Madrazo y el definitivo de Varo. El At. Mineros se encontró con la actuación sobresaliente de Luis, que detuvo los lanzamientos de Iván Cobo y Kevin, y al que no le sirvió de nada el que anotó Román. Para todo ello, ya no hay comentario. Esta forma de decidir un trofeo o un partido es como es y no tiene mucho misterio. Habrá habido o no estudio de los rivales, habrá habido o no suerte, ... Lo que fuera, sólo queda la conclusión de que un equipo ganó y el otro perdió. Sin más.
Alegría incontenible de los triunfadores, desolación en los que no ganaron (me niego a denominarles perdedores) y felicitaciones entre los que hasta hacía unos minutos habían sido rivales, pero ya sólo eran a esas alturas compañeros. Ni un sólo incidente en el campo, apenas alguna discusión algo subida de tono en las gradas, y unos a festejar en el campo y los otros a rumiar el disgusto en el vestuario. Un detalle que, a veces, hasta los profesionales de mayor nivel se suelen olvidar: la plantilla al completo del At. Mineros esperó a que el Solares recibiera el trofeo de campeón. Sí, ya sé, es lo que se debe hacer ... pero no siempre se hace.
Hasta aquí la crónica de una jornada histórica para la gente de Solares después de un año muy difícil, algo que, sin duda, hará que valoren aún más el triunfo conseguido. A disfrutarlo y a seguir, porque se abre ahora un camino ilusionante, empezando por esa eliminatoria contra un rival de otra autonomía y la posibilidad, si se superara la misma, de acceder a una ronda de Copa del Rey en la que el oponente sería un Primera División. Palabras mayores. Y no olvidar el gran objetivo del año: recuperar la plaza en Tercera que se perdió en la temporada 2020-21. Esto no se para ... y vamos a disfrutar de ello.